Hace unos días vi una entrevista en el canal de YouTube El Podcast de Webpositer, donde el invitado, Martorell, hablaba sobre inteligencia artificial, regulación y futuro. Me impresionó mucho su manera de explicar y, sobre todo, la claridad con la que aterriza un tema tan cargado de expectativas, miedos y titulares grandilocuentes. No lo conocía —o no lo recordaba—, pero se nota cuando alguien sabe de lo que habla. A partir de esa charla me quedé reflexionando, y quiero compartir aquí algunas ideas y sensaciones personales.

“Una navaja no es peligrosa por sí misma, depende de cómo se use… pero tampoco puedes dejar que cualquiera lleve una katana por la calle.”

Creo que con la inteligencia artificial ocurre algo parecido. No es buena ni mala en sí misma: todo depende de cómo se utilice y de qué límites, si es que los hay, decidamos ponerle.

Separar la paja del trigo

En mi caso, llevo muchos años trabajando en tecnología. He pasado de ser un sysadmin clásico a moverme en entornos de observabilidad, DevOps y SRE. Son mundos donde las fronteras son difusas, y donde la IA empieza a aparecer por todas partes.

Hay mucho ruido y hype. No todo lo que se vende como “revolucionario” lo es. La herramienta está ahí, pero no todo vale ni sirve igual para todos.

Nadie tiene la foto completa de lo que viene. El futuro no lo conoce nadie con objetividad: hay demasiadas variables. Como ya ha pasado en otras revoluciones tecnológicas, los trabajos cambian, surgen otros nuevos y el ser humano se adapta. Siempre ha sido así.

Quizás uno de los cambios más grandes venga por la robotización de muchos sectores, pero hay otros tantos donde la interacción humana seguirá siendo clave. Eso no cambia de la noche a la mañana. Llevará tiempo ver cómo evoluciona realmente.

Conexión humana, desigualdad y bases sólidas

También creo que es fundamental no quedarnos encerrados en casa, absorbidos por las redes sociales o las plataformas. Exponerse a cosas nuevas abre ventanas que no imaginamos: ir a conferencias, hablar con otras personas, aprender de su experiencia, contrastar ideas. Si dejamos de interactuar bien con otros humanos, habremos perdido algo mucho más valioso que cualquier IA.

Martorell mencionaba algo que comparto: cuando hablamos de IA lo hacemos muchas veces desde nuestra cómoda burbuja occidental. Pero en el mundo hay más de 8.000 millones de personas, y una gran parte no tiene acceso ni siquiera a internet. Hay países donde la tecnología no llega por motivos económicos, políticos o de infraestructura. ¿Qué pasará cuando todo esto se extienda a más gente? No lo sabemos, pero conviene tenerlo en cuenta.

Otro punto clave que menciona Pep Martorell : la comprensión lectora y las bases matemáticas. Sin ellas, da igual cuántos modelos haya. Si no entiendes lo que hace una herramienta, no puedes cuestionarla ni sacarle partido.

“Si no entiendes lo que haces, la IA no te salvará: te confundirá.”

Lo veo constantemente: emails mal interpretados, comandos copiados sin saber qué hacen, resultados aceptados sin pensamiento crítico. Si no tienes base, la IA te dará respuestas, sí… pero no sabrás si están bien o mal.

Energía: el gran olvidado

Aquí entra un tema que a menudo se pasa por alto: la energía. Podemos tener el mejor modelo del mundo, las mejores tarjetas y los algoritmos más brillantes… pero si no hay energía estable y suficiente, todo eso no sirve de nada.

“Un móvil sin batería es un cacharro inútil. Con la IA puede pasar lo mismo.”

La IA también tiene un talón de Aquiles muy físico que no deberíamos ignorar.

De los manuales fotocopiados a los prompts

En nuestro terreno técnico, recuerdo bien cómo hemos pasado de los manuales fotocopiados y las charlas con veteranos, a buscar respuestas en foros, después en buscadores y ahora directamente en IA.

Sí, es útil. Te recuerda comandos, te da ejemplos, te acelera pasos. Pero si no entiendes lo que haces, lo que te devuelve puede ser basura en lugar de soluciones.

“La IA no es una panacea: si no sabes, no ayuda, estorba.”

En campos como la medicina, la investigación o la simulación climática, la IA ya está aportando avances espectaculares. Pero en mi mundo —el de sistemas, observabilidad y monitorización— todavía hay mucha interacción manual, muchos matices, y no es ninguna solución mágica. Hay que saber lo que se hace para que la IA de verdad sume y no complique más las cosas.

Regulación y futuro abierto

Y aquí entra la regulación, ese tema siempre delicado, como reitera Martorell. Regular sí, pero con cabeza. Sin dejar de innovar, pero tampoco dejando que todo se descontrole. No sirven los extremos. Es un equilibrio complicado y nadie sabe realmente hasta dónde llegará esto.

Para mí, la IA es otra herramienta más. Igual que pasamos de la máquina de escribir con papel carbón al procesador de texto con autocorrector, ahora tenemos esto. Lo importante no es la herramienta en sí, sino cómo la usamos. Y sobre todo, no perder de vista las conexiones humanas, la curiosidad y la capacidad crítica.

Me quedo con la idea que más me gustó de Martorell: exponerse a cosas nuevas. A veces no sabes qué ventana se abrirá con un pequeño paso. Vivimos expectantes ante lo que vendrá, pero sin dramatismos. Y, mientras tanto, seguimos aprendiendo, compartiendo y preparándonos.


Entrevista original: El Podcast de Webpositer – “La IA NO te quitará el trabajo, pero ESTO SÍ”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies