Si necesitamos por seguridad encriptar un archivo para que no se pueda leer el contenido o abrir en otro equipo que no sea el nuestro, desde la terminal de linux podemos hacerlo de una forma rápida y sencilla. Supongamos que tenemos un fichero en nuestro directorio home que se llama datos_privados.txt, haremos lo siguiente para encriptarlo:
$ gpg -c datos_privados.txt
Nos pedirá una contraseña dos veces y se va a crear un fichero de nombre datos_pivados.txt.gpg. Este fichero si tratamos de visualizarlo con el comando ‘cat’ por ejemplo, solo veremos caracteres extraños como un fichero binario y nada más. Si queremos que la encriptación sea en modo texto haríamos lo siguiente (el resultado es el mismo, nadie puede visualizar su contenido):
$ gpg -ca datos_privados.txt
Después de encriptar, lo recomendable es eliminar el fichero accesible en texto plano.
Si ahora queremos acceder al contenido del fichero encriptado solo tenemos que ejecutar lo siguiente:
$ gpg -d datos_privados.txt.gpg
El comando anterior nos creará el fichero datos_privados.txt, y si no lo hemos borrado en el paso anterior nos preguntará si queremos sobrescribirlo.
En el caso de querer encriptar todo un directorio y sus archivos, podemos en un primer paso comprimir ese directorio en un archivo tar.gz y luego encriptamos este fichero con la utilidad gpg.
Para que el fichero encriptado tenga otro nombre, haremos lo siguiente:
$ gpg -o nombre_nuevo_archivo_encriptado -c archivo_queremos_encriptar
Existe también la utilidad gpg-zip para encriptar y comprimir directorios completos. Pongamos un ejemplo para la carpeta o directorio Documents de nuestra /home
$ gpg-zip -c -o Documents.gpg Documents
Para descomprimir este fichero comprimido y encriptado, ejecutamos lo siguiente:
$ gpg-zip -d Documents.gpg
Podemos listar el contenido con:
$ gpg-zip --list-archive Documents.gpg